Por cierto, los museos no abren hasta las 11.00 y cierran a las 13.30. Poco tiempo para los visitantes. Por suerte los jueves la entrada es gratuita. Es original el museo de la verdura, por la temática, aunque tiene escaso interés, excepto, para mí, la parte en que se explica el origen de las conservas, y los vestidos diseñados con verduras, por alumnos del ciclo de diseño de moda.
Las iglesias pobres en su aspecto externo y sin obras significativas en su interior. La catedral destaca algo, pero carece de obras de valor y no tiene tampoco una arquitectura llamativa. Llama la atención que nada mas entrar te encuentra la parte trasera del coro, con lo que no se puede ver la iglesia de un golpe al entrar, sino que tienes que rodear el coro. Ocurre en más iglesias de La Rioja.
En la Iglesia de Santiago, destaca el pequeño coro, con un trabajo de talla magnifico
Tiene un barrio denominado la judería, pero es la parte deprimida de la ciudad, y salvo sus calles estrechas, no hay rastros de haber sido juderia. Las cloacas romanas, que se anuncia como visitables, no se pueden visitar y casi ni encontrar.... Calahorra transmite una gran sensación de abandono.
Luego nos desplazamos a la zona de Los Molinos de Ocón. El interés es el molino harinero reconstruido, a imitación de los que existían en la zona. De hecho junto al molino se encuentran los restos de las bases del antiguo. La zona tiene mucho viento. La pena es que para ver el molino por dentro hay que concertar cita previa por grupos, y hay que llamar por la mañana. Por la tarde hay un móvil para llamar, pero me saltó el contestador.
El lugar está bien indicado cuando te acercas, sino o hay forma de encontrarlo. Está en la carretera de Los Molinos de Ocón a La Villa de Ocón. El lugar está bien acondicionado y es accesihle. Las vistas desde el Molino maravillosas.
Por último estuvimos en Navarrete. Se precia de tener el retablo mas grande de España, y lo es, pero la calidad de sus tallas es mediocre.... Tiene un mirador arriba con unas buenas vistas. El pueblo tiene alguna casa de piedra y algunos escudos magnificos. Pero poco más. Cuando llegamos sonaba el órgano.
Lo que destaca son sus talleres de alfarería. Una de ellas frente al cementerio, donde por cierto hay una portada románica que trasladaron del antiguo hospital de peregrinos, que es fantástica con una gran exposición y con su dueño, Antonio, que te muestra como trabaja con una agradable conversación.
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